MIRANDA DEL CASTAÑAR BRILLA CON LUZ PROPIA, LA NOCHE DE LOS CANDILES

VÍSPERA DE LA VIRGEN DE LA CUESTA

© Rosa Gómez

Cada año la noche del 7 de septiembre Miranda del Castañar brilla con luz propia: la luz de la fe y los candiles con que honra a su patrona la Virgen de la Cuesta. Son muchos los visitantes, especialmente de los pueblos colindantes los que se acercan a vivir una de las vísperas de fiesta con más encanto de la provincia de Salamanca. Y es que la atmósfera que se crea en la  “noche de las candiles” no tiene parangón.

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La “mocina del ramo”

Desde el ayuntamiento parte la comitiva de danzarines ataviados con el traje tradicional de Miranda, con sus alhajas, sus mantones de Manila, y sus flores frescas, elementos vegetales purificadores que nunca faltan en las fiestas de la Sierra. En el grupo de danzarines una niña, la “mocina del ramo”. Junto a ellos el “gracioso” o “bobo de la danza” como aquí le denominan, que les guía pero como su nombre indica también les hace la gracia. Con los sones de la gaita y el tamboril, todo el pueblo junto con la alcaldesa, Encarna Torija, concejales, priostes y el párroco don Carlos se dirigen a la ermita a buscar y honrar a su patrona, la Virgen de la Cuesta.

Pareciera que el ocaso y la procesión se pusieran de acuerdo para llegar juntos a la ermita de la Virgen de la Cuesta desde donde el horizonte con la Peña de Francia toma todavía un cariz más venerable y divino. Llegar hasta aquí para los danzarines ha sido todo un esfuerzo pues no ha parado la danza por las empinadas y empedradas calles de la villa condal. Los «ires y venires» que les marca el ‘‘gracioso’’ se les va reflejando en sus rostros pero sin perder nunca la actitud de devoción y ofrenda de las danzas. El ambiente lleno de belleza es festivo y a la vez sagrado. La multitud se agolpa delante del atrio para ser testigo del ritual conservado durante siglos.

Después de la celebración eucarística de cantos de vísperas la procesión de la Virgen de la Cuesta paso a paso y a ritmo de danzas serranas van cruzando las estrechas calles del pueblo a la luz de faroles y candiles de aceite. Un itinerario con una atmosfera especial por estas calles de arquitectura tradicional serrana de esta villa conjunto histórico artístico, el núcleo con más características medievales de toda la comarca de la Sierra de Francia.

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Devotos reciben a su patrona la Virgen de la Cuesta en el del atrio de su ermita para ser testigos del ritual conservado durante siglos

Una vez que se llega a la iglesia parroquial la imagen es erigida con fervor y devoción antes de aposentarla en el altar para besar su manto. Posteriormente se agasaja a los asistentes con un convite en la plaza de la iglesia. Hasta que al día siguiente siga el ritual del día grande de Miranda el Castañar, el día de su Patrona, la Virgen de la Cuesta.

De los textos e imágenes: Copyright © Rosa Gómez, All rights reserved

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